


















Dice Mefistófeles en el Fausto de Goethe:
“El frenesí de este insensato le impulsa a lo lejos, y sólo a medias tiene conciencia de su locura. Pide al cielo sus más hermosas estrellas y a la tierra cada uno de sus goces más sublimes; y ninguna cosa, próxima ni lejana, satisface su corazón profundamente agitado…”